lunes, 7 de abril de 2008

"En la escuela no se tolera que se insulte llamando 'negro', pero sí 'maricón'


ENTREVISTA a Nila Marrone, americana experta en acoso escolar por razones homófobas.


ARICEL CHAVARRÍA - 14/11/2007 Barcelona


Le indigna no haber sido consciente de lo que significaba ser homosexual hasta que su sobrina salió del armario.Aquel terremoto familiar la llevó a investigar y descubrió que los estudios sobre homosexualidad se habían hecho sobre personas que estaban en la cárcel o en instituciones de salud mental hasta 1957.


Los estudios posteriores causaron gran revuelo entre la profesión psiquiátrica, que se negaba a reconocer su error: no dejó de considerarse una enfermedad hasta que en 1973 un grupo de psiquiatras salió del armario.


- ¿Hay quien aún se aferra a los estudios de antes de 1957?


Sí, y le confieso que me decepcioné por no haber investigado antes, yo que siempre me he preciado de no aceptar prejuicios sociales.


- Usted dirige charlas y talleres en escuelas de Nueva York. ¿Hasta dónde llega el bullying por homofobia?


El acoso puede ser sólo verbal pero el niño se siente disminuido, atacado, excluido... y si es físico la cosa ya es muy seria. Tras la revolución social de los 60, que excluyó a los homosexuales, usar epítetos o insultos por razón de raza era común. Ahora no se tolera en la escuela que un niño blanco llame a otro negro:se le suspende, se llama a los padres, pero queda un insulto ante el que la reacción no es la misma: maricón.


- Un insulto que ya va perdiendo su acepción de homosexual...


Se ha generalizado, sí, pero lo mismo sucede con el estereotipo de los judíos (usureros) o el de los indios (maleducados) y es muy degradante para toda una población. La gente no le da importancia hasta que le toca de cerca: una amiga mía no dejó de decir de sí misma que le saltaba el indio (significa que uno ha perdido las formas) hasta que un día le solté adrede: "No seas judía".


- ¿Cómo afecta a los niños esa persecución de lo que la sociedad considera una desviación del comportamiento propio de su sexo?


Es cierto que éste es un mundo con muchos modelos homosexuales y la sociedad va perdiendo prejuicios, pero da ideas muy claras: algunos padres hacen hincapié en lo que es ser niño y masculino, reprenden al niño si se pone a bailar y le dan una pelota o un camión. El simple hecho de que su manera de ser no coincida con lo aceptado es una amenaza para cualquier niño y los varones son los que más sufren el hostigamiento, pues la raíz de la homofobia es el sexismo: si presenta debilidad o delicadeza, que es parte de lo femenino, se le acusa. Y ellas no se libran: los matones de clase no perdonan a las fuertes y se autoafirman, aunque su personalidad les da más posibilidades de defenderse.


- Pero eso no tiene nada que ver con su orientación sexual.


Exacto: sólo alrededor del 15% de la población homosexual sigue el estereotipo de hombre afeminado o mujer que se presenta de forma masculina. Además, esa manifestación empieza en niños con cinco años o menos, sea cual sea su orientación sexual, de modo que el hostigamiento no reconoce esa orientación.


- ¿Cómo hay que protegerlos?


Unos 70 grupos sociales hemos hecho campaña en EE. UU. contra el acoso escolar y por una legislación que proteja a los niños en todo, también en orientación sexual y expresión de juego. Hemos descubierto que los más agredidos son los discapacitados, los considerados gays o lesbianas y los asiáticos...


¿Qué se deduce de él?


Que cerca de un 70% de los niños dice haber sido víctima de acoso por distintas razones y que cierto porcentaje de profesores también usa el mismo tipo de insultos referidos a la homosexualidad.


- ¿Y eso lo cuentan a sus padres?


Depende. Si sospechan que su tendencia sexual coincide con el insulto no lo dirán, sobre todo si en casa han oído opiniones negativas.


La lucha de un homosexual por sus derechos no tiene tanto peso como cuando la practica un heterosexual. Los padres nos sentimos alarmados por el hecho de tener más derechos que ellos. Queremos que tengan al menos los mismos.

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