martes, 11 de marzo de 2008

un poco de historia



Ya todos sabemos que la homosexualidad no es un “invento” de este siglo, ni siquiera del anterior. Repasemos: en la antigua Grecia no solo hablamos de homosexualidad, sino también de pedofilia, al resguardarse los sabios el derecho de amar a los muchachos jóvenes, “virtud totalmente inimaginable para las mujeres” según dice Licinio en su obra Erotes. En cambio en la antigua Roma los esclavos eran objeto de demandas homosexuales.


Si situamos a las sagradas escrituras en este contexto histórico existe una teoría bastante interesante: es que los judíos necesitaban tribus más grandes y poderosas para poder defenderse de sus enemigos, es decir procrear, a tal efecto trataron de disuadir estas actividades a fin de no malgastar tanto esperma.


De ahí en más las manifestaciones homosexuales fueron consideradas indeseables, sucias, paganas y encontramos relatos bíblicos tenebrosos. Para ser cínicos: aquí comienza la evolución del hombre en diversos temas.


Volviendo atrás en la Antigua India, en contacto físico entre mujeres era considerado normal y saludable. Las familias ricas solían elegir a una o más compañeras para sus hijas entre las jóvenes de las clases más humildes. Estas muchachas llamadas Sakhi vivían con ellas como si fuesen hermanas. Cuando una joven noble se casaba la Sakhi se convertía en coesposa del marido y la asistía en los rituales eróticos.

Mucho después, en 1869, Benkert evoluciona todo al enunciar que el estado no tiene que inmiscuirse en las cuestiones sexuales de los ciudadanos. Este médico hacía historia al ponerse de parte de los homosexuales, hizo una hermosa lista de homosexuales famosos a lo largo de la historia y dijo: “Si tales personas han sido merecedoras de la cárcel, todo cuanto nos han contado acerca de nuestra historia no es más que una sarta de mentiras y fruslerías”.

“Unos aman muy poco, otros demasiado,
algunos venden, y otros compran;
unos dan muerte con muchas lágrimas
y otros sin un suspiro:
pero aunque todos los hombres matan lo que aman,
no todos deben morir por ello.
No todo hombre muere de muerte infamante
en un día de negra vergüenza,
ni le echan un dogal al cuello,
ni una mortaja sobre el rostro,
ni cae con los pies por delante,
a través del suelo, en el vacío.”

Fragmento de La Balada de la cárcel de Reading, poema escrito en prisión por Oscar Wilde, quien traspasó los límites de la heterosexualidad para enamorarse de Lord Douglas, causa por la cual estuvo preso cruelmente dos años.


Hoy mucha agua ha pasado bajo en puente. La homosexualidad es considerada en algunos grupos intolerantes como otro motivo más para la discriminación. Todo se hace largo en lo que se refiere a este tema, en la década del 60 aún figuraba la homosexualidad en la lista de enfermedades psíquicas. A parte de esto todavía no terminamos de resolver cuestiones legales en cuanto a la pareja y menos sobre la adopción.


"SOMOS IGUALES PERSONAS CON GUSTOS DISTINTOS"

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